sábado, 26 de febrero de 2011

TODO MOMENTO ES BUENO PARA HACER UNA PAUSA...

Fotografía cortesía de András Gimesi (Hungría) 

"Todo momento es bueno para hacer una pausa y reflexionar sobre el camino andado..."


Cuando inicié mi aventura en lo blogósfera, mis objetivos eran claros, precisos, ambiciosos. Hoy, tras meses arduos de trabajo, éstos se han ensanchado, fortalecido y crecido de forma sustancial.
No voy a hablar de triunfos, ni logros estadísticos, mucho menos de penetración en el ámbito internacional. Lo que deseo es hacer un reconocimiento a esos nuevos amigos que, desinteresadamente, han propiciado que mi proyecto personal haya trascendido a un proyecto colectivo, en el cual han influido de manera sustantiva.

Primero que nada, mi sincero agradecimiento al Jurado que, con su voz crítica y profesional, han provocado que un servidor amplíe su visión de hacia dónde debemos dirigir el barco, diseñando reglas que permitan una participación más proactiva, justa y transparente para los concursantes a los diferentes certámenes emitidos en nuestro sitio.

Ellos son, en orden alfabético: Antonio Ansias Albizúa (España), Álvaro Ancona (México), Darío Falconi (Argentina), Elvira Alejandra Quintero (Colombia), Fesal Chain (Chile), Gladys Acha (Argentina), Juan Ignacio Anselmi (Argentina), Nery Aragonés Sánchez (España), Nicolás Barrasa (Argentina), Sergio Soler (Argentina) y Zara Patricia Mora Vázquez (España).

En seguida, mi aprecio y gratitud para quienes comparten su trabajo, ilusiones y anhelos tan personales, que con orgullo puedo decir que son nuevos amigos, que antes de este proyecto, me resulta imposible imaginarlos.
Compartir sus trabajos, pensamientos, facetas de su personalidad artística e incluso personal, son apenas algunas de los aspectos que descubrí en sus finísimas personas, a través de la publicación en nuestro blog de sus trabajos personales.

Sin demérito de nadie y disculpando la omisión involuntaria de más de uno, quiero hacer patente mi júbilo hacia amigos, como (sin pretender orden alguno): Alfredo Castelli (Argentina), András Gimesi (Hungría), Debrah Riddleton (Estados Unidos), María Cristina Pizarro (Argentina), Elena Camacho Rozas (España), Gustavo Osmar Santos (Argentina), Nancy J. Locke (Estados Unidos), Emeniano Acaín Somoza (Filipinas), Sasidharan Cheruvattath (La India) y Carina María Borgogno (Argentina).

Un ramillete de amigos que han participado con sus poemas en el Certamen Internacional de Poesía, de muy diferentes partes del mundo, y quienes han confiado, apoyado y creído en la mecánica y sistema votación de éste. Para todos ellos, un apretado abrazo y correspondencia por su entusiasta colaboración.

Finalmente, mi profundo agradecimiento a personalidades como: Lynda Lehman (Worldwide Women Artists, New York), Eileen T´Oneal (Irlanda), Photographe83 (Francia) y muchos más que nos han obsequiado su presencia y comentarios estimulantes.

Querido lector, espero sinceramente que compartas cuán cierto es eso de decir: “Cualquier momento es bueno para hacer una reflexión…”

Arturo Juárez Muñoz

viernes, 11 de febrero de 2011

LIBERTAD, QUIÉN LO DIRÍA



















LIBERTAD, QUIÉN LO DIRÍA…

Te olvidó tanta gente, que llegué a creer de ti tu inexistencia.
Te ocultaron cual secreto impronunciable,
para ser amada en las sombras del destierro.
Allá, donde nacen los pájaros, para en parvadas,
lloverse en torrente en las mañanas.


Te parecías tanto al silencio, que ya nadie siquiera te llamaba.
Te dejaron colgada del abeto, del hilo donde cuelga solo ropa,
donde no hacías daño porque nadie te creía,
o porque eras tentación inaprensible
oculta en el eco de campanas.


Te volviste polvo en la ladera erosionada, guijarro desprendido
de la roca que fue madre de tu propia espada.
Te metiste tan adentro en la montaña,
que te volviste diamante embrutecido
clamando por ser luz en las ventanas.


Quién lo diría, libertad, amor olvidado a fuerza de evitarte,
que hoy que la voz cansada de tu pueblo
recordó tu voz estrangulada,
eres fiesta de esperanzas encendidas,
en el desierto de pasiones siempre humanas.


Arturo Juárez Muñoz