A nadie sorprende los alcances de las nuevas tecnologías. Cuando en 1990 me estaba enterando de la llamada (en aquel entonces) Supercarretera de la Información, estaba muy lejos de imaginar lo que hoy es la Internet. Más allá de acceder a masas de información de índole muy diversa, o que miles de personas conforman comunidades cada vez más extensas (como Facebook), lo que más me admira es la capacidad del hombre actual por intercambiar conocimientos, ideas, pensamientos que le permiten de manera simultánea, afianzar o corregir sus puntos de vista.
En el tiempo que llevo en el medio de la literatura, probablemente no había desarrollado una estrategia para ampliar mis horizontes, por no decir cultura, debido fundamentalmente a no haber encontrado el camino correcto.
Hoy, veinte años después, me congratulo de ser un miembro activo de esa nueva generación de personas que ha decidido aceptar que la Internet, con todas sus virtudes y defectos, trasciende y modifica nuestras vidas de manera positiva y constructiva.
En esta ocasión deseo abordar la visión muy particular de uno de nuestros más recientes visitantes. Me refiero a Yurgen Latier, quien amablemente se ha agregado como seguidor de nuestro proyecto.
Cuando asomé a su blog (www.poetryinwords.wordpress.com), una muy interesante sorpresa me esperaba. La entrada donde explica el porqué del nombre de su sitio atrapó inevitablemente mi atención, pues distingue a la poesía entre dos grandes vertientes.
La primera la atribuye a la expresión “Sin palabras” de la Naturaleza, entendida como la expresión divina de máximo exponente, dejando un segundo lugar a la Poesía en palabras, como la que tradicionalmente conocemos tú, querido lector, y un servidor.
Al ir abordando el tema, pude constatar que en el mundo de los blogueros, hay escritores que consagran su trabajo a tal convicción, resaltando: Debrah Riddleton de Estados Unidos (www.debrahriddleton.blogspot.com), Nature Shows and Dreams de Nature Nut /JJ Loch de Estados Unidos
(http://natureshows.blogspot.com), Dragonfly's Poetry & Prolixity de Marion de Canadá
(http://dragonflyspoetryandprolixity.blogspot.com), Shashi Dhar’s Version de la India (http://anaestheticbard.blogspot.com), Dancing with the waves of the sea de Saraha O’Leary de Estados Unidos(http://wwwwherethewindblows.blogspot.com) entre otros más.
Para serles honesto, aún trabajo para dimensionar la enorme profundidad del concepto y su relevancia en el mundo actual. He visitado cada uno de los sitios enunciados y los invito a todos ustedes a que constaten el sentido y la veta de oro que estos escritores intentan.
A continuación presento el punto de vista de Yurgen Latier.
WHAT IS THE MEANING OF POETRY IN WORDS?
In an orthodox sense, poetry is the expression of ideas and feelings through words articulated harmonious, aesthetic and under a desired structure. Talk about rhyming poetry or prose, is delving into the very essence of classical literature. Great writers have been vaunted for their dedication and brilliant performance in the world of poetry.
Now when I say poetry in words, I try to tell it what to me is the goddess of poetry: Nature. From my point of view, is the most pure, legitimate, beautiful and profound that can exist on earth. It requires no words, then there is a language. No need of grammar rules, much less regional idioms or meanings.
It is divine expression, higher-order without exponents or authors. It is designed and self-correcting over time. Fits every time and every place. It is expressed through their own kingdoms and governments have no powers beyond the wise and fair balance of life beyond life.
This blog is intended to address both lines of expression without trying to converge or diverge. It is simply. My intention is to capture my thoughts and those of others, from this perspective.
I sincerely hope you enjoy it.
Yurgen Latier
¿CUAL ES EL SIGNIFICADO DE POESÍA EN PALABRAS?
En un sentido ortodoxo, la poesía es la expresión de ideas y sentimientos a través de palabras articuladas armoniosa y estéticamente bajo una estructura deseada. Hablar sobre la poesía de rima o prosa, es profundizar en la esencia misma de la literatura clásica. Los grandes escritores han sido vanagloriados por su dedicación y desempeño brillante en el mundo de la poesía.
Ahora, cuando digo Poesía en palabras, trato de expresar lo que para mí es la diosa de la poesía: la Naturaleza.
Desde mi punto de vista, es la más pura, legítima, bella y profunda que puede existir en la tierra. No requiere de palabras, luego entonces no es un lenguaje. No hay necesidad de reglas gramaticales, y mucho menos expresiones regionales o significados.
Es la expresión divina, de orden superior sin exponentes o autores. Se ha diseñado y auto-corregido con el tiempo. Se adapta a cada momento y lugar. Se expresa a través de sus propios reinos y gobiernos, los cuales no tienen poder más allá del equilibrio racional y justo de la vida más allá de la vida.
Este blog tiene como objetivo tratar ambas líneas de expresión sin pretender converger o divergir. Es, simplemente. Mi intención es capturar mis pensamientos y los de los demás, desde esta perspectiva.
Espero sinceramente que les guste.
Yurgen Latier
La vida es un instante entre dos eternidades, y la poesía, una eternidad resumida en un instante...
jueves, 16 de diciembre de 2010
miércoles, 1 de diciembre de 2010
NORMA
Existe una gran controversia en torno a la idea que el hombre es recolector de imágenes y no de palabras. Elucidar la diferencia se me antoja una tema baladí. Sin embargo, es innegable que los recuerdos son imágenes vivas, perennes, que asaltan a la mente y la hacen volver a vivir, con la misma intensidad y elocuencia, eventos pasados que reposan en el sereno mar de nuestra vida.
Una tarde, como tantas, hace ya más de una treintena de años, visitaba la casa de mi querida amiga Ruth Alatriz. Charlábamos amenamente cuando, por curiosidad, me topé con el cuaderno escolar de una de sus hermanas.
Atraído por sus singulares notas, pues estaban perfectamente escritas y resaltadas las unas de las otras, imaginé se trataba de un diario personal. De pronto, un pequeño poema me atrapó, leyéndolo con avidez:
“Deja que nuestras almas abrazadas
cierren y entibien sus alitas pálidas,
y que rompan en besos, cual irrumpe entre árboles espesos,
en abril un torrente de crisálidas”
Una emoción indescriptible inundó todo mi ser. Me pareció excepcional, hermoso, dulce. He de confesar que siempre he sido sensible ante la fuerza de las palabras, pero presentí que aquellas líneas quedarían grabadas para siempre en mi corazón.
Unas manos me arrancaron de improviso el cuaderno que admiraba con arrobamiento y placer. Era Norma, quien al percatarse de mi atrevimiento, me reclamó con una molestia apenas perceptible, pues mi falta de delicadeza pareció ruborizarla.
Norma, ¿tú lo escribiste?, le pregunté, a lo que ella contestó con un sí revestido de no, o quizá malinterpreté y quiso decir que no en vez de aceptar que sí.
Tras disculparme una docena de veces, seguí insistiendo en preguntar la autoría de tan hermoso poema. Alguna vez dijo que sí, otra que no.
A pesar de intentar encontrar al posible autor leyendo cuanta poesía caía en mis manos, el tiempo pasó y ya no tuve la oportunidad de verificarlo, pues en realidad, jamás lo pude constatar.
Nuestras vidas transcurrieron para todos, sin embargo, ese poema me ha acompañado siempre porque representa una etapa de mi juventud, un instante maravilloso en que creía profundamente en la fuerza de las palabras como motor de este mundo, de mi propia vida.
El día de hoy, 1 de diciembre del 2010, por fin pude saber quien era la autora de tan extraordinaria poesía. Su nombre es Norma Alatriz. Y lo supo mi corazón porque hoy recibí la noticia de su muerte. Al ser enterado de la noticia, un sobresalto me atrapó y me transportó al mismísimo instante en que le pregunté aquel día si ella la había escrito.
Al escribir esta nota no puedo ocultar el enorme pesar que me causa la pérdida de una de mis poetas preferidas. Pero dentro de esta congoja, he llegado a concluir que he cerrado el círculo que se abrió aquella tarde, pues los poemas son palabras que guían nuestros caminos y permanecen eternamente en nuestros corazones, para que ellos, quienes los escriben, puedan irse en paz.
No cabe duda que Norma tenía mucha razón, pues las almas abrazadas de los que amamos la poesía, están listas cada mañana para irrumpir: ¡Cual torrente de crisálidas!
Con admiración, cariño y respeto para ella:
Arturo Juárez Muñoz
Una tarde, como tantas, hace ya más de una treintena de años, visitaba la casa de mi querida amiga Ruth Alatriz. Charlábamos amenamente cuando, por curiosidad, me topé con el cuaderno escolar de una de sus hermanas.
Atraído por sus singulares notas, pues estaban perfectamente escritas y resaltadas las unas de las otras, imaginé se trataba de un diario personal. De pronto, un pequeño poema me atrapó, leyéndolo con avidez:
“Deja que nuestras almas abrazadas
cierren y entibien sus alitas pálidas,
y que rompan en besos, cual irrumpe entre árboles espesos,
en abril un torrente de crisálidas”
Una emoción indescriptible inundó todo mi ser. Me pareció excepcional, hermoso, dulce. He de confesar que siempre he sido sensible ante la fuerza de las palabras, pero presentí que aquellas líneas quedarían grabadas para siempre en mi corazón.
Unas manos me arrancaron de improviso el cuaderno que admiraba con arrobamiento y placer. Era Norma, quien al percatarse de mi atrevimiento, me reclamó con una molestia apenas perceptible, pues mi falta de delicadeza pareció ruborizarla.
Norma, ¿tú lo escribiste?, le pregunté, a lo que ella contestó con un sí revestido de no, o quizá malinterpreté y quiso decir que no en vez de aceptar que sí.
Tras disculparme una docena de veces, seguí insistiendo en preguntar la autoría de tan hermoso poema. Alguna vez dijo que sí, otra que no.
A pesar de intentar encontrar al posible autor leyendo cuanta poesía caía en mis manos, el tiempo pasó y ya no tuve la oportunidad de verificarlo, pues en realidad, jamás lo pude constatar.
Nuestras vidas transcurrieron para todos, sin embargo, ese poema me ha acompañado siempre porque representa una etapa de mi juventud, un instante maravilloso en que creía profundamente en la fuerza de las palabras como motor de este mundo, de mi propia vida.
El día de hoy, 1 de diciembre del 2010, por fin pude saber quien era la autora de tan extraordinaria poesía. Su nombre es Norma Alatriz. Y lo supo mi corazón porque hoy recibí la noticia de su muerte. Al ser enterado de la noticia, un sobresalto me atrapó y me transportó al mismísimo instante en que le pregunté aquel día si ella la había escrito.
Al escribir esta nota no puedo ocultar el enorme pesar que me causa la pérdida de una de mis poetas preferidas. Pero dentro de esta congoja, he llegado a concluir que he cerrado el círculo que se abrió aquella tarde, pues los poemas son palabras que guían nuestros caminos y permanecen eternamente en nuestros corazones, para que ellos, quienes los escriben, puedan irse en paz.
No cabe duda que Norma tenía mucha razón, pues las almas abrazadas de los que amamos la poesía, están listas cada mañana para irrumpir: ¡Cual torrente de crisálidas!
Con admiración, cariño y respeto para ella:
Arturo Juárez Muñoz
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