LA SONRISA DE MI HIJA
Para mi querida hija,
como un tributo a su hermosísima sonrisa
que se precipita en tibio acantilado y se derrama en
estridente carcajada.
¡Espléndida!
La luna descubrió tu cara
teñida de sombras tras la lámpara
que brotó de estrellas en cascada.
Risa, risa, risa endemoniada
que irrumpe con cantos de sirena
y ondula con alas de parvada.
¡Ay! Si tus labios cesaran de reír por la mañana,
reclamarían los ríos, el mar y la montaña,
el satín platinado de tus dientes
estallar en vibraciones ondulantes,
y así volver a tenerte entre las aguas,
del fresco rugir de tu sonora carcajada.
Arturo Juárez Muñoz
Literalia México