martes, 6 de octubre de 2015

¡LOS ÚLTIMOS RESTOS DE MI CUERPO!

















¡Heme aquí, sin más labor que ser lacayo de la muerte!
Mis manos no tiemblan, ni luchan, ni atesoran
semillas para sembrar en el acero del desierto...

La mirada no es mía, 
me la han robado la miseria y el acre desconsuelo...

Acaso mi dolor sea huerto seco
que cruje en el silencio de mi cuerpo;
los olores se han ido, los colores también,
tan solo queda el aroma de los muertos.

¡Ten, muerte impía,
goza en tus mordazas de óxido y desprecio,
la carne viva de mi hijo, de mi vida, de mi pueblo!

¡Y sabe de una vez:
cuando mañana mis ojos reposen en el viento,
tendrás que ser tú misma quien arrastre,
los últimos restos de mi cuerpo!


Arturo Juárez Muñoz
Literalia México, 2015