Para cuando vuelva a mirarte,
los mirlos verán, revoloteando en la campiña,
dónde el camino dorado encenderá la senda
y volverán a encontrarse los enamorados.
La luz no tendrá rivales en las sombras,
ni los sueños serán sólo quimeras;
Las caricias que quedaron suspendidas,
retornarán a las vívidas mejillas.
Así será, inexorablemente,
¡Vida después de la vida!
Morir para admirar el tiempo,
convertido en balsa sobre lluvia clara.
Arturo Juárez Muñoz
¡Cuán bella poesía y deliciosa melodía!
ResponderEliminarMancuerna indisoluble para el alma.
Un saludo:
Lily
Few ago, I was living in Mexico and always was happy.
ResponderEliminarThis beautiful poem remind me those marvelous days.
Thanks a lot:
Melanie
Es fascinante la sensibilidad que muestra en este poema.
ResponderEliminarEl simple título nos transporta a una esfera de paz y arrobamiento.
Daniel
Amigo Arturo,¡cuánta belleza preñada de ternura!Pero, sobre todo, de inefable esperanza. Un placer, amigo.
ResponderEliminarSalud
Entrañable amigo, Julio G. Alonso:
ResponderEliminarRecibe un abrazo solidario. Tus fortalezas son mucho mayores que tus adversidades.
Para los que la vida aún nos ofrece anhelos, sueños y esperanzas, las palabras engarzadas conforman una plegaria de paz y reconciliación, con aquellos momentos que quedaron latentes y aguardando el momento de la paz espiritual.
Gracias por tus siempre gentiles palabras:
Estrecho tu humanidad:
Arturo
¡Cuanta paz se percibe en el video!
ResponderEliminarDeliciosa narración del poema de Ana.
Un beso:
Leslie