CISNES SOBRE EL SILENCIO
Amo el silencio, el curso de la ausencia,
estar sólo en el verso
cuando cisnes inundan el cráneo vacío.
Nada conversa excepto la palabra escondida
que resucita el arca de los desvanes llenos de memoria.
Vuelven aves abriendo el yo más vivo,
rincones que el olvido relegó a la penumbra.
Amo la mudez del aire,
el gris de su luz cuando me circunda silenciosa
y calla ante el encanto que devuelve canciones.
Me entrego al ritmo de la mente,
y su música enciende la sinapsis oculta.
Salen alas a los sentidos,
al envés del silencio que susurra al oído
y paso a través de mi piel
aproximada al centro más secreto.
Amo el silencio, su fruto de sedosa urdimbre,
mientras abro ventanas de otros astros
para que emerja el cáliz del poema.
Allí el amor y el miedo,
el beso y el que rezó conmigo.
estar sólo en el verso
cuando cisnes inundan el cráneo vacío.
Nada conversa excepto la palabra escondida
que resucita el arca de los desvanes llenos de memoria.
Vuelven aves abriendo el yo más vivo,
rincones que el olvido relegó a la penumbra.
Amo la mudez del aire,
el gris de su luz cuando me circunda silenciosa
y calla ante el encanto que devuelve canciones.
Me entrego al ritmo de la mente,
y su música enciende la sinapsis oculta.
Salen alas a los sentidos,
al envés del silencio que susurra al oído
y paso a través de mi piel
aproximada al centro más secreto.
Amo el silencio, su fruto de sedosa urdimbre,
mientras abro ventanas de otros astros
para que emerja el cáliz del poema.
Allí el amor y el miedo,
el beso y el que rezó conmigo.
Pilar Morte
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