miércoles, 28 de diciembre de 2011

RICARDO GARIBAY ORTEGA: EL HOMBRE DETRÁS DEL NOMBRE

A más de 12 años de su muerte, Don Ricardo Garibay Ortega se mantiene sólido en la literatura mexicana.
Decenas de calificativos; iconoclasta como eufemismo; lépero y pendenciero como sello inobjetable, opinión de sus detractores. Sin embargo, mi propia vivencia con tan controvertido personaje, me permite una vindicación seria y férrea del gran escritor mexicano.

Estimado lector, te invito a leer el quinto artículo de LM Magazine; estoy seguro que encontrarás motivaciones para ajustar tu visión del Hombre detrás del nombre. 
 http://lmmagazinelm.blogspot.com/2011/12/ricardo-garibay-ortega-el-hombre-detras.html
Arturo Juárez Muñoz
 

lunes, 12 de diciembre de 2011

OBERTURA SIN OLVIDO, DE ISABEL MONCAYO

Fotografía de Leovi


Distinguido como Poema de la Semana en el prestigiado sitio Editorial Alaire (España), Obertura sin olvido de Isabel Moncayo. 

Me embriagas,
como una saeta que eriza la piel sin clemencia.


La noche se moja de un feble aguacero
cuando el corazón se embauca en acordes
del pentagrama que censura la palabra
y la aloja en el fondo del alma. 


¿Con qué tormenta vienes? - instinto de pasión-
si traes en el pecho tatuado la mudez de una pauta,
la mirada que tiembla como gota de lluvia
precipitándose en la hoja para saciar de la flor su pétalo
y su pistilo soñador. 

Descifro la sensual cariátide con la ofrenda rupestre
para que subsista en mi vientre el perfume,
su perfume, que mora en las ansias bailarinas
con velos de peces que zigzaguean en las aureolas de los senos. 


Embriagada, en esta pasión amorosa
como una manada de antílopes en estampida,
con fantasías de jilgueros en campos de trigales,
con alas para volar acrobacias por las orbes del paraíso
y perderse en las miradas de la piel en su pleamar. 



¿Cómo, cómo no voy a entender
el sigiloso suspiro azul de una obertura sin olvido
de un arpa que llora su desnudo tacto?

martes, 6 de diciembre de 2011

LA ÚNICA LIBERTAD INAPRENSIBLE: ¡LA DE LA PALABRA!

Contrario a la práctica cotidiana de mi visión literaria, hoy me someto al juicio severo de lo que denomino "delicada levedad de los límites a la literatura".
Sorpresivamente recibí esta mañana un correo electrónico en el cual me comunicaban que una de mis publicaciones en un sitio de la Internet, había sido cancelada. ¿Razones? Cualquiera es buena, pero desde mi punto de vista, ninguna válida.
Movido por mis principios inalienables, me sometí a lo que era inevitable, incluso, sin derecho a réplica. Sin embargo, muy factiblemente sacudido en mi ideología personal, consideré prudente ofrecerles mi punto de vista muy particular.
Independientemente del contexto, de los motivos que los movieron a tomar tal decisión, y de los aspavientos psicológicos que me invadieron, considero de fundamental relevancia establecer mi postura al respecto.
La literatura no puede ni debe ser sometida a límites, ataduras o sesgos que denoten intolerancia, inconveniencia alguna o clasificación que evidencie artículos convenientes o inconvenientes. La voz del escritor es la voz de la conciencia pública; la voz de los que callan, los que temen, los que no pueden o quieren aventurarse al riesgo de ofrecer sus puntos de vista. Sin embargo, ellos requieren que alguien señale, apunte, ofrezca alternativas, critique, analice en favor de una mejor convivencia social o de la remoción de vicios que afectan a la humanidad por entero.
No elevo mi voz para ser detractor ni señalar a nadie en particular, pues si lo hago, me convierto en parte de ello y no en la excepción. En respuesta, es que escribí este poema con la firme intención de promover una conciencia de libertad, de esperanza y de eliminación de todo vestigio de coartar la única libertad inaprensible: ¡La de la palabra!

Arturo Juárez Muñoz