Fotografía propiedad de Conaculta, INAH, Sinafo, FN. México |
¡Te miro apenas a los ojos
… y asoma tu placidez de luna!
Tú que naciste colmado del olor a hierbas;
Tú que creciste entre comales negros.
Hasta pareces fumarola en escapada
Sonriendo pa´dentro, nomás pa’dentro,
como si hablaras con alguien en tu cama,
en tu casa, en tu alma, en tu pecho.
¡De nombre ni hablamos,
sería presumir que te conozco!
Hombre de barro endurecido
a fuego de volcán e incienso.
¡No, no te aburre tirar tortillas cada día!
Hasta pareces remedo de chasquido,
de chirriar de carbón bajo las llamas,
que incendian de color a tus ancestros.
Tus tareas, remedo de
maizales
que amasan el oro entre sus manos;
Oro del maíz y pedernal que envueltos,
giran en volutas de recuerdos.
Mañana vuelvo, y seguro estarás
tirando tortillas con chimicuiles y pasilla;
Nada detendrá tu afanosa labor
de jornalero, que detiene la rueda de la vida,
pa´hacer tortillas,
en sus comales negros…
Con infinita admiración a esa estirpe de hombres que dignifican a la vida,
las buenas costumbres y los profundos valores de nuestro pueblo.
Arturo Juárez Muñoz
Literalia México, 2014
¡Bello, muy bello!
ResponderEliminarMe haces recordar a los habitantes de mi pueblo.
¡Un abrazo!
Mi buen amigo Arturo:
ResponderEliminarMe parecen muy atinadas las figuras poéticas que empleas.
Dignificar a quien dignifica es una ación lkoable y gratificante.
Un abrazo:
Alejandro
Esteban:
ResponderEliminarMe complace despertar recuerdos en tu corazón.
Gracias:
Arturo
Alejandro:
ResponderEliminarAgradezco enormemente tus amables palabras.
Saludos afectuosos:
Arturo
Arropado en la musicalidad de versos y vocablos con expresiones del habla popular, recreas la realidad de un mundo que nos pertenece, lleno de profunda humanidad y sabiduría. Se respira el aroma saludable de las tortillas trabajadas en el comal, y todos nos alimentamos del trabajo del hombre. Enhorabuena siempre, Arturo. Con un abrazo hasta el inmenso Méico. Salud.
ResponderEliminarQuerido Julio:
ResponderEliminarGracias por tus gentiles y profundas palabras.
Debo confesar que amo los temas que elevan la sencillez y humildad del hombre, en tan profundos estados de arrobamiento.
¡Un abrazo afectuoso y apretado!
Arturo