domingo, 7 de abril de 2013

LA FLAUTA DE AGUA




¡Me conmueven las tradiciones mexicanas! ¡Me extasían!
Parecen historias que trascienden los sentidos, la imaginación, el alma.
Así son, como piedras con cara burda, casi imperceptible, que tropezamos con ellas en una visita fortuita a un lugar escogido por los dioses, o simplemente nos es contada al pie de alguna figura monótona de barro.

De visita por Malinalco, pueblo mágico del Estado de México, me topé con una de tantas cosas que pululan como flores de barro en las vitrinas. Llamó mi atención un bellísimo objeto, y en un instante, amable caballero me contó su uso y tradición. Se trataba de una Flauta de Agua.

Abrasado por un enorme interés, pregunté el porqué de ese nombre. Resultó ser un instrumento de la época precolombina que era usado para arrullar a los niños que, por diversas razones, les esperaba un destino glorioso. A pesar de no saber con precisión si se trataba de grandes guerreros, monarcas, sacerdotes o artistas, para el caso era lo mismo, pues una enorme emoción inundó mi corazón.

Para mi asombro y beneplácito, le fue vertida agua en la cavidad de un extremo, y con singular delicadeza, fue balanceada hasta producir un sonido ancestral, bello, icónico, que se dice ayudaba a dormir a los pequeños en trance solemne: ¡Los convertiría en hombres!

Visiblemente emocionado, me sumí en un sueño que cruzó las fronteras del tiempo y me ubicó justo en una choza de allá por 1450, en el mencionado pueblo. Pude entonces admirar al futuro monarca, que envuelto aún en telas de fina lana delgada, era amamantado y arrullado con la Flauta de agua.



LA FLAUTA DE AGUA
¡Duerme niño, que mañana serás hombre!

Enredada en tu cabeza, la vida es suerte que ronda sobre tu cuna.
Tus negros ojos cerrados no atisban al mundo todavía.
Hasta parecen dos rayas dispuestas a ignorar la historia que te depara glorias, tragedias y alegrías.
Y en ese sueño de profundo sueño,
giras con alas de quetzal dando vueltas a la luna.

Duerme en tu vasta placidez de niño;
sueña que sueñas a jugar mañana envuelto en xopankuikatl,
y en ese salto donde saltas nunca,
se arrulla tu voz de emperador en tuna.

Tus manos alcanzan apenas a asir tu ayakachtli
mientras se forjan la fuerza y la justicia
conque mañana serás hombre,
y blandirás la espada con tu nombre,
en la cabeza del injusto que caerá sobre la espuma.

¡Canta que canta la flauta de agua!
Que su canto arromanza aún las noches de Malinalxoch;
Que su voz, eco de quinientos años,
sigue convirtiendo niños en fortuna.

Autor: Arturo Juárez Muñoz
Literalia México
Derechos reservados


Del náhuatl:
xopankuikatl   Canto de primavera
ayakachtli       Sonaja
Malinalxoch     Malinalco








9 comentarios:

  1. Arturo amigo, conozco esas flautas de agua y el dulce "sonido ancestral" que convierte a los niños en hombres. Un hermoso poema cargado de sentido, de historia... de belleza.
    Abrazo desde la Argentina.

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  2. Entrañable amigo, Darío Falconi:
    Con inmensa alegría recibo tu comentario. Agradezco tu siempre gentil y poética opinión.
    Deseándote todo género de felicidad y éxito en tu carrera literaria:
    Arturo

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  3. Hermosos versos del poeta azteca. Un abrazo.

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  4. Muy estimado Cipriano:
    Primero que nada deseo agradecer tu visita a este espacio. En seguida, has dado pie a que re-publique el post, ya que el autor del poema es un servidor.
    Además, para serte honesto, me quedo corto a la altura de los grandes poetas prehispánicos.
    Un abrazo y toda mi gratitud:
    Arturo

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  5. Una magnífica muestra de afecto y reconocimiento de una una cultura que hunde sus raíces en la noche de los tiempos, a través de un objeto, un instrumento, mediante el cual nos enseñas a ver, que es algo más que mirar. Muy grande, Arturo. Con un abrazo.
    Salud.

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  6. Querido Julio:
    No se qué tanto conozcas de nuestras culturas precolombinas, lo que es un hecho, es tu siempre sensible y profunda percepción de estas sensibles ideas.
    Malinalco cuenta con raíces legendarias del paso de Huitzilopochtli como deidad y verdad suprema. He allí entonces mi sublimación a la idea de que este instrumento pudo haber arrullado a grandes guerreros, poetas o sacerdotes.
    Sabes que valoro enormemente tu interés y amistad, por lo que agradezco esta oportunidad de compartir pensamientos.
    Un abrazo muy apretado:
    Arturo

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  7. Amigo Arturo, no puedo presumir de conocer gran cosa de las culturas precolombinas; apenas he podido saber de lo que se contiene en los contenidos del sistema educativo español, leído algún libro y visitado alguns exposiciones en Madrid y Bilbao, siempre impresionantes. Pero la curiosidad nunca descansa. Aunque, esta vez, no a México, sí tengo programado un viaje a Argentina, Chile, parte de Uruguay y de Bolivia por espacio de tres meses. América es inmensa e inmensamente desconocida. Pasa como con el Quijote, que de tanto hablar de él todo el mundo piensa que lo ha leído y lo conoce, cuando no han pasado de la noticia de cuatro aventuras.
    Con un abrazo.
    Salud.

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  9. Siempre gentil y atento, amigo Julio:
    Agradecido de tus palabras, te sugiero plenamente que en tu envidiable viaje en proyecto, tengas a bien visitar las manifestaciones culturales que dejaron nuestros antepasados.
    Sorprendentes, te mostrarán una visión de este lado del mundo, pletóricas de misticismo, arte y una belleza arquitectónica impresionante.
    Te deseo todo género de felicidad y que el periplo que iniciará próximamente, te prodigue de placer y recaudo cultural a raudales.
    Como siempre, un abrazo y todo mi respeto:
    Arturo

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