LA FOTOGRAFÍA

Dicen que una fotografía no es otra cosa que el vano intento por detener el tiempo. Nada más verdadero, sensato e incontrovertible. Sin embargo, los seres humanos vamos por la vida fotografiando cualquier cosa; en ocasiones son simplezas, circunstancias inesperadas que jamás se repetirán, eventos inauditos unos, gloriosos otros.
Hoy, deseo compartirles que uno de los placeres más bellos que encuentro en la vida, es el de vivir los momentos con la mayor intensidad posible, para luego gozarlos en repetidas ocasiones, una y otra vez, con los ojos cerrados o abiertos a mi interioridad cegada por la luz centelleante del recuerdo.
Por supuesto que una fotografía es muy elocuente. Es la instantaneidad que Velázquez quiso atrapar en sus pinturas; es el soplo mágico que nos permite vibrar de emoción con simplemente traer al primer plano mental lo que parecía escondido en un rincón lejano del corazón.
La fotografía que quiero compartir con todos ustedes es ésta que les presento. El instante mismo en que el proyecto Literalia México alcanzó sus primeros 4,000 accesos en la Internet. Al menos para un servidor, es un momento sublime, porque es único, porque nunca jamás se volverá a repetir y quedará allí, en la memoria fotográfica, el instante maravilloso que representó mirar ese esplendoroso número en el contador de visitas.
Gracias a todos los que hacen posible que mi corazón explote en una fiesta solitaria en esta habitación, pero cuyas ventanas abiertas al mundo, se ven iluminadas por todos los que hicieron el favor de apoyarme con su enorme gentileza.
¡Un millón de gracias a todos ustedes, queridos amigos!
Atruro Juárez Muñoz