lunes, 5 de agosto de 2013

VICTORIA ALADA




Cuán densa bruma impide revelar el misterio de tu alma.
Cuán sórdido túnel conduce a los esteros donde se anega tu imagen querida.
Y allí, adosada a las baldosas donde escurren las gotas de los acantilados,
Lúgubre y tenebrosa, tu exangüe figura se filtra hacia la luna.

¡Oh, misteriosa flama llamada a la esperanza!
Tiendes tu manto de abigarrados ocres en mullida cuna,
laberinto donde yacen las osadas aventuras,
de los guerreros que osaron por ti ganar la gloria.

De mis atardeceres, el olor a pólvora quemada, a pendón abatido, 
a espada errada...
Si de mis lamentos surge algún día la nueva cara,
llévame contigo, muerte desdentada,
al campo donde yacen los que sueñan
con abrazar los pies de la Victoria Alada.

A todos aquellos que cada día de su vida libran batallas por alcanzar sus ideales, y que nunca se vencen ante la derrota proferida por el frío acero del enemigo.

Arturo Juárez Muñoz
Literalia México
Derechos reservados, 2013



2 comentarios:

  1. Desde muy joven sentí una predilección especial por esta obra escultórica. Eran años de estudiante y las alas de la mujer de la escultura hacían volar mi inspiración y fantasía. En el primer viaje a París la cita con esta obra en el Louvre fue inevitable.
    Ahora que tú la tomas como motivo de este soberbio poema de tono y ambiente clásicos, todo ha parecido resurgir de nuevo en la memoria y la Victoria de Samotracia es menos piedra y más verso en tu canto. Gracias por tan inspirada creación, amigo Arturo. Una delicia. Con abrazos hasta el inmenso México.
    Salud.

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  2. Querido Julio:
    Jamás me he acostumbrado a leer tus mensajes. Siempre que abro el blog y constato que has depositado tus sabias palabras, las recibo y leo con inusitado interés.
    Que valga pues la parte del poema que mueva tus sensibles fibras interiores, pues me consta que eres un hombre que ha luchado denodadamente para alcanzar sus propias victorias.
    ¡Gracias, querido amigo!
    Arturo

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