Fotografía de Gustavo Osmar Santos |
No, no es poesía negra. La crudeza de los sucesos que
impactan nuestras vidas, bien debe considerarse una oportunidad de profunda reflexión. Bajo esa perspectiva, el presente
poema intenta evocar, en forma de trágico trance, la despedida que damos a las
cosas hermosas que nos ofrece la vida.
Nada es eterno, ni para siempre, porque la eternidad es un
horizonte infinito y nuestra existencia tan solo una pausa entre el ayer y el mañana.
Te fuiste un 14 de febrero no es poesía negra, es una
esperanza de aprecio y alegría por recibir con humildad aquellas experiencias
que nos permiten atesorar felicidad, a cambio del dolor de… llorarlas en su
partida.
TE FUISTE UN CATORCE DE FEBRERO
Te fuiste un 14 de febrero.
Tu sombra fue la última en salir para sumarse al vacío de la
nada,
ya no quise seguir tu estela en el estero;
adusto el rostro y ciega la mirada.
Mis manos, que otrora fueran artífices del barro de tu
cuerpo,
hoy sólo son grotesca fantasía;
enjutas sus venas fundidas en el mármol,
de la máscara de tu faz perfecta.
Aprenderé entonces a besar tu silueta descarnada;
abrazaré la piel desnuda de tu espalda,
a morder tus labios y tocar tu sonrisa desdentada,
mientras miras apacible la orilla de tu cama.
Viviré entonces así,
condenado a ver florecer el limonero,
a sembrar la semilla de tu amor,
y esperar a que partas en la víspera,
del catorceavo día… del lóbrego febrero.
Arturo Juárez Muñoz
Literalia México
Derechos reservados
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